Ser honesto, no es solo cuestión de mostrarse o de “gritar” transparencia, de hecho una de las cualidades de esta virtud es que ella emana sola con mucha tranquilidad.
Partamos de un reconocimiento muy claro y honesto: como humanos que somos resultará demasiado fácil que nos contradigamos entre nuestras palabras y actos. ¿Cómo se reconoce entonces a una persona honesta? Un ser honesto realmente hace su mejor esfuerzo porque en su vida profesional y personal exista coherencia. Por poner un ejemplo: soy la mata de la dulzura con mis clientes y en casa resulta que no me soporta nadie. O exijo de mis proveedores puntualidad y calidad; pero en mi vida personal pido a mis hijos que mientan y digan: “que no estoy”.