Hay ocasiones en las cuales uno se
siente incomprendido como hijo de Dios, al notar que muchas de las personas a
su alrededor, quienes incluso no son creyentes en Cristo Jesús, llevaban una
vida mejor que la suya. No padecen necesidades similares a las que yo padezco,
gozan de mejor salud, posen abundantes bienes, en fin, pareciera que no tienen
problemas, y si los tienen son mínimos comparados con los míos. Que parece que
tienen más éxito que yo, así que me pregunto, ¿cómo es posible que el Señor
bendiga más a estos que a mí?, yo que soy un buen Cristiano, que ofrendo y
participo en la Iglesia, además de dar un buen testimonio y hablar del Señor a
los demás.
¿No has tenido esta sensación alguna
vez?, casi nos pasa como el hombre aquel que oraba a Dios diciendo “te doy
gracias porque no soy como este pecador” ¿recuerdan el pasaje?, ¿no les ha
pasado a veces que sienten que por ser Cristianos hijos del Dios todopoderoso
debería irles mucho mejor?
Seguramente que si han sentido esto,
ya que es común entre los cristianos, pues Satanás trabaja con ahínco para que
nos sintamos así.
Cuando estos pensamientos invaden mi
mente recurro a dos salmos el 37 y el 73, es increíble, pero el mismo David
sufrió de esta sensación en algún momento de su vida. Observa algunos
versículos del Salmo 37: “En cuanto a mi casi se deslizaron mis pies, por poco
resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la
prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte, pues su
vigor está entero, No pasan trabajos como los otros mortales, ni son azotados
como los demás hombres“(2,3,4,5); “he aquí estos impíos sin ser turbados del
mundo, alcanzaron riquezas, VERDADERAMENTE EN VANO HE LIMPIADO MI CORAZÓN y
lavado mis manos en inocencia“(14); “Cuando pensé para saber esto, fue duro
trabajo para mí, hasta que ENTRANDO EN EL SANTUARIO DE DIOS, COMPRENDÍ EL FIN
DE ELLOS. Ciertamente los has puesto en deslizaderos, en asolamientos los harás
caer“(16, 17,18); “A quien tengo yo en los cielos sino a TI? y fuera de TI nada
deseo en la tierra, mi carne y mi corazón desfallecen MAS LA ROCA DE MI CORAZÓN
Y MI PORCIÓN ES DIOS PARA SIEMPRE, porque he aquí los que se alejan de TI
perecerán, TU destruirás a todo aquel que de TI se aparta. Pero EN CUANTO A MI,
EL ACERCARME A DIOS ES EL BIEN, he puesto en Jehová el señor mi esperanza, para
contar todas tus obras“(25-28).
El Salmo 37 se refiere a los
malignos de quienes parece que su vida es prospera y afortunada, ya que ¿no te
ha pasado que te sientes desatendido por Dios cuando te enteras de aquel hombre
fraudulento o maleante que vive exquisitamente disfrutando de millones de
dólares en alguna parte del mundo en medio de riquezas y de lujos impunemente,
mientras tu un buen hijo de Dios padeces de necesidades económicas apremiantes?,
el Salmo 37:7 dice “Guarda silencio ante Jehová, y espera en EL. No te alteres
con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades.” Y
el verso 8 dice: “Porque os malignos serán destruidos, pero los que esperan en
Jehová, ellos heredarán la tierra” el 28: “Porque Jehová ama la rectitud, y no
desamparará a sus santos. Para siempre serán guardados; más la descendencia de
los impíos será destruida“.
No es maravilloso saber que Dios nos
tiene un destino final muy diferente al de aquellos a quienes a veces
“envidiamos” por su prosperidad que no procede de Dios? Aprendamos pues a
confiar más en nuestro Salvador, pidamos sabiduría para hacer lo justo y lo
correcto delante de Dios y de los hombres y seremos bendecidos por Dios. Si
quieres ser prosperado, preocúpate no por prosperar, sino por el reino de Dios
y su justicia, y eso, te será añadido Mateo 6:33
EN CONCLUSIÓN:
Nosotros pasamos buscando las
bendiciones de Dios, pero tenemos primero que buscar al Dios de las
bendiciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario