viernes, 29 de agosto de 2014

La Salvación Es Un Regalo De Dios

Efesios 2:8-13 (Reina-Valera 1960)

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. 11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

Quiero iniciar esta semana con una disculpa a todos los lectores por no haber publicado nada desde hace varios días. Estaba de vacaciones el fin de semana sin acceso a Internet y por eso no pude subir el blog; pero si Dios lo permite hoy volvemos a la normalidad.

Hoy vamos a ver un pasaje sobre salvación que debería, cada vez que lo leemos, darnos seguridad inamovible sobre nuestra salvación y en que se basa.

Primero vemos en el versículo 8 que somos salvos por GRACIA. Dice también que no es por méritos propios, más bien es un regalo de Dios. Que maravilloso saber que siendo pecadores inmerecedores de perdón, Dios nos ama tanto que solo por su propia voluntad nos regala la salvación.

Ahora, en el versículo 9 nos dice que no es por obras para que nadie se gloríe. Esto es muy importante para todos aquellos que queramos mantener una sana doctrina por dos razones. En primer lugar, la salvación no es por obras es por gracia. Esta afirmación derrumba completamente la creencia católica que la salvación si es por obras. Te pregunto ¿Cómo pueden algunos decir que la salvación es por obras cuando la Biblia dice lo contrario de manera textual? Además, si la salvación fuera por obras, entonces, para que Jesús murió en la cruz y sufrió el calvario ¿para qué lo recordáramos con desfiles y películas una vez cada año? No creo. Jesús es Dios y Él no necesitaba ese sufrimiento para hacerse famoso.

En segundo lugar, estos dos versículos también contradicen la teoría de que la salvación se pierde. Primero vemos que la salvación es un regalo que Dios nos da, por lo tanto él no lo quita. Y en segundo lugar dice que no es por obras para que nadie se gloríe. Si la salvación se perdiera, entonces la única manera de no perderla son mis obras o mis actos. Esto elimina la gracia de Dios, porque entonces ya no sería por su amor y compasión, si no por lo que yo logre hacer. Además, ¿cómo podemos medir cuales obras son buenas o cuales no y cuáles serían los parámetros de Dios para medir si me “gane” o no la salvación?

Ahora, el versículo 10 lo que dice es que somos creados por Dios para andar en buenas obras, ósea, cuidar nuestro testimonio. Estas obras ya Dios las había establecido desde antes (sus parámetros). Pablo lo que dice acá es que nosotros debemos mantener buen testimonio para agradar a Dios y también para que otros vean a Jesucristo reflejado en nosotros.

Ahora bien, Pablo nos habla en los versículos anteriores de las maravillas de la gracia de Dios y como esta fue regalada a nosotros. Pero, en los últimos tres versículos (11 – 13) nos hace un llamado a recordar de dónde venimos y lo que éramos antes de recibir el regalo de la salvación.


Muchas veces en nuestra vida hacemos lo mismo que Pablo nos pide recordar. Muchas veces, cuando estamos bien entonces nos olvidamos de dónde venimos y de donde nos rescató Dios. Y lamentablemente, a veces debemos morder el polvo para volvernos a nuestro Señor y recordar que sin El no somos nada.



Concejos Para Crecer Espiritualmente

Puntos  indispensables para crecer, ver,  y retener la bendición de Dios

Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Mateo 18:20

Debemos de reunirnos con otros que crean en Jesús  igual que nosotros, y que nos vean a nosotros (o nos  veamos entre nosotros) como verdaderos hermanos. Aléjate de los que critican a otros y buscan ser perfectos por fuera, pero por dentro siguen dando vuelta en el mismo lugar.


La Biblia dice que en la reunión de hermanos hay bendición y vida eterna, los médicos han comprobado que tienen mejor salud, física y mental aquellos que tienen a su alrededor familia o amigos, y hasta los científicos han comprobado que un grupo de personas  afines en sus creencias y metas, se nutren, se ayudan a crecer entre ellas, tan solo por el hecho de ser parte del grupo donde son aceptados y amados.

Debemos de leer la Biblia y hablar con DIOS en oración todos los días.

(Jeremías 9:23-24) “23 Así dijo El Señor: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. 24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy El Señor, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice El Señor.”

La pregunta más común que recibimos es: ¿Cómo debo de orar? La manera más efectiva es esta: Con sinceridad, con tus propias palabras, Dios te entiende, Él no se fija ni se enoja si te faltan o te sobran palabras. Te recomiendo que busques un Salmo, el 23, por ejemplo. Lee el primer versículo, cierra tus ojos, y habla con Dios. Lee el siguiente versículo, cierra tus ojos, y ahora habla con Dios sobre otra necesidad en tu oración. Así, hasta que termines El Salmo.  En ninguna parte de la Biblia se manda que ores por horas seguidas. A veces es necesario, pero no todo el tiempo. Dios sabe que tienes que atender tu vida, tus hijos, tu trabajo.

Debemos de leerles la Biblia a los niños todos los días. (DEMASIADAS PERSONAS SE OCUPAN SOLO DE SU BIENESTAR, Y SE OLVIDAN DE SEMBRAR EN EL FUTURO ESPIRITUAL, INTELECTUAL Y  FÍSICO DE SUS HIJOS)

"Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartara de él”. Proverbios 22:6

NO sólo leas, trata de explicarle en palabras que los niños entiendan, acerca de lo que leen. El libro de Proverbios ha logrado que mis hijos me hagan preguntas. No temas hablar con ellos de lo que en la vida uno tiene que enfrentar. Más bien, leyendo las escrituras los preparas para ser fuertes.

CON TODO RESPETO, PERO, he estado en lugares donde los adultos se proclaman a sí mismos como victoriosos, pero no están enseñando a los niños a que lo sean. Tiempo después, ninguno de sus hijos quiere nada con Dios, y luego se preguntan, ¿por qué? Echarle la culpa a los pastores o al diablo es fácil, PERO ES NUESTRA RESPONSABILIDAD, DIOS TE PEDIRÁ CUENTAS A TI...Invierte tiempo y esfuerzo en tus hijos.

Tenemos que hablarle a otros de Jesús, mostrarles que hay una mejor vida, una salida para sus problemas, un futuro para ellos y sus hijos. Ni los padres ni los hijos, tenemos que  vivir como esclavos DE NADIE.


Marcos16:15: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura".

Condiciones Para Un Milagro

Lucas 5:1-11

LA PESCA MILAGROSA
Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.
Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.
Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red.
Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.
Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.
Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él,
 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.
Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.
Según este relato, bien podríamos analizar las condiciones necesarias para que se realice un milagro:

    Tener una fe activa en Dios.- No basta en tener fe en Dios, recordemos que también los demonios también creen en Él, tal como nos advierte el apóstol Santiago (Santiago 2:19), sino que esa fe tiene que generar una acción concreta que sirva de testimonio a los demás, que puedan ver las maravillas que Dios hace en nuestras vidas y en las de otros. Jesús predicó sobre la fe en Dios y de las Buenas Nuevas del Reino, pero inmediatamente demostró a la multitud que Dios también se preocupa de las necesidades materiales del ser humano. No son meras palabras, es la fe puesta en acción. Bien dijo Jesús: "por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7:16a), Santiago hablando acerca de la fe manifestó lo siguiente: "... ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?..."(Santiago 2:14-26). ¿Es así nuestra fe? ¿Nuestra fe está llena de palabras y fantasías? ¿Cuáles son nuestras experiencias sobre la fe?

    Es necesario estar atentos a las circunstancias.- Jesús había observado que las barcas estaban vacías, eso significaba que la pesca había sido mala. Pero nadie se había dado cuenta que más allá había un cardume de peces; sin embargo, Jesús observó con mucha agudeza la existencia de ese cardume. Jesús resolvió el problema buscando la solución más allá de las circunstancias. Muchas veces se necesita tener ojos que puedan ver más allá de nuestro entorno para hallar una solución. Este hecho fue interpretado por los discípulos como un milagro del Señor, cosa que es cierto. Hoy en día, existe mucha gente que se queda admirada de los avances científicos y hasta llegan a considerarlos como milagros de la ciencia. ¿Será eso así? Otros, sin embargo, han podido ver o interpretado los hechos más allá de su entorno. Por ejemplo: muchos han visto al vapor levantar la tapa de la tetera, pero sólo James Watt al verlo pensó en la máquina de vapor. ¿Quién no ha visto caer una manzana del manzano?, pero sólo Isaac Newton formuló la ley de la gravedad a partir de ese acontecimiento. La tierra está llena de milagros, por la acción poderosa de Dios, pero para los ojos que no pueden ver más allá de su circunstancia, no. ¿Es esa nuestra actitud?

   Tener un espíritu emprendedor y hacer lo imposible por lograr algo.- En el relato bíblico, Pedro estaba dispuesto a probar otra vez, ya lo había hecho anteriormente; pero no importaba intentar otra vez, si el Señor se lo pedía. Había que obedecer y hacerlo, aunque estuviera cansado o desesperanzado. Conozco a muchas personas que viven sus vidas en forma desastrosa y es porque dejan de esforzarse y luchar para salir adelante, se desboronan demasiado pronto. No insisten, se dejan abatir por la desesperación, la angustia, el temor, del que dirán. Esta lectura bíblica nos enseña a que debemos tener un espíritu emprendedor y aventurero, capaz de lograr lo que parece imposible. Pedro pensó para si mismo: "Sean cuales fueran las circunstancias, si el Señor lo dice, probaremos otra vez". Es decir, volver a empezar. Si esperamos que las circunstancias sean favorables, nunca comenzaremos. Si queremos un milagro, debemos cumplir con lo que el Señor Jesucristo nos mande, aunque se trate de un imposible. ¿Hemos pasado por esta prueba en nuestra vida cristiana?

        Tener confianza y esperar la respuesta del Señor.- El Señor Jesucristo nos ha dado una promesa, que todo lo que en su nombre pidamos al Padre, él nos lo dará (Juan 14:13; 15:7.16b; 16:24). También nos dejó una regla de oro: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, pues esto es la Ley y los Profetas" (Mateo 7:7-12). Finalmente, su gran promesa eterna: "Y he aquí yo estor con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20b). Esa debe ser nuestra confianza y seguridad, que Cristo no nos abandona nunca, sea cual sea la situación que estemos pasando. Muchas veces nos desesperamos ante una situación difícil, un grave problema, o una grave enfermedad incurable. No tenemos confianza y no sabemos esperar a que Él haga su santa voluntad. Recordemos siempre lo que Jesús dijo: "Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno" (Marcos 9:29).


Hermanos y hermanas, El Señor Jesucristo aún sigue haciendo milagros, obrando grandes maravillas en las vidas de muchas personas, yo soy un ejemplo de lo que estoy afirmando, no son sólo palabras, son verdades de cómo el poder de Dios se sigue manifestando. Es necesario tener fe en Él, orar sin cesar y ayunar, confiar y esperar su respuesta. Todo es cuestión de someternos a su santa voluntad. Mientras tanto, debemos estar listos para compartir estos testimonios con otras personas que aún no creen en Cristo, el Salvador. Debemos ser pescadores de esas almas.

Orar En Nombre De Cristo

PIDAN, Y SE LES DARÁ

Estamos viendo y gustando cada vez más a fondo que Jesús es la imagen visible del Dios que es Amor y se desborda en un sinnúmero de gracias hacia nosotros. Cristo es el Mediador, que ha venido a hacernos justos y a colmarnos de los bienes de Dios. Con él lo tenemos todo. Pero el corazón humano es duro y le cuesta creer en la grandiosidad del Amor de Dios. Por eso Jesús se esfuerza no solamente con su vida, sino también con su palabra, para convencernos de que entreguemos nuestra confianza a Dios, sin límites, ni restricciones:

Pidan y se les dará;
Busquen y encontrarán;
Llamen a la puerta y les abrirán.
Porque el que busca, halla;
El que pide, recibe;
Y al que llame a la puerta, le abrirán.
¿Quién de ustedes es capaz de darle una piedra a su hijo,
Si les pide pan;
O una culebra, si les pide pescado?
Si ustedes, que son malos, dan cosas buenas a sus hijos,
Con mayor razón el Padre que está en los cielos
Dará cosas buenas al que se las pida.
(Mt 7,7-11)

Jesús insiste repetidamente en esta idea. Recurre a diversas comparaciones caseras para convencernos de que el Padre está dispuesto a concedernos todo lo bueno que le pidamos, como el caso del amigo inoportuno (Lc. 11,5-13) o el del juez malvado (Lc 18,1-8).

Él promete que el Padre concederá cualquier cosa buena que le pidamos en su nombre:
Si se quedan en mí y mis palabras permanecen en ustedes, todo lo que deseen lo pedirán y se les concederá...Todo lo que pidan al Padre en mi nombre, se lo dará.
(Jn 15,7. 16)

Por supuesto que no se trata de pedir cualquier capricho. Jesús quiere que le pidamos cosas importantes. En la cena de despedida se quejó de que hasta entonces no le habían pedido nada que valiera la pena:

Hasta ahora no han pedido nada invocando mi nombre.
Pidan y recibirán, y su gozo será completo.
(Jn 16,24)

Esta alegría completa que él quiere dar es la de vivir como él vivió en este mundo. Hacer lo que él hizo: entregarse sin límite a Dios en el servicio de los hermanos.

En verdad, el que cree en mí,
Hará las mismas cosas que yo hago.
Y aun hará cosas mayores que éstas,
Porque yo voy al Padre.
Y haré todas las cosas que ustedes pidan en mi nombre,
Para que den gloria al Padre a través de su Hijo.
Si me piden algo, yo se lo daré.
(Jn 14,12-13)

La meta de nuestra oración debe ser imitar a Cristo, seguir sus huellas, ser otro Cristo viviente en la tierra; dejar actuar su Amor a través de nosotros. Todo lo demás son cosas por las que no hay que angustiarse, pues vendrán por añadidura, si sabemos poner en práctica la ley del Amor (Mt 6,34).

Yo les digo que si tuvieran fe como un granito de mostaza,
Le dirían a este cerro:
Quítate de ahí y ponte más allá, y el cerro obedecería.
Nada les sería imposible.
(Mt 17,19-21)

Ciertamente hay cerros enteros que remover en nuestro mundo. Hay dificultades muy serias que impiden caminar derecho hacia un mundo de hermanos. Se harían realidad cosas que aparecen imposibles, si tuviéramos fe en el Redentor. Fe en Cristo para derrotar el egoísmo personal de cada uno; fe en Cristo para derrotar también las estructuras opresoras que nos oprimen.

Debemos sacar de la oración todo el coraje necesario para vencer el miedo (Jn 14,27; 1 Jn 4,18) y comprometernos a favor de la justicia y la unidad, hasta derramar la sangre, si fuera necesario. Rezar para saber amar con el corazón de Cristo. Rezar para que se nos llene el corazón de esperanza. Rezar para saber sufrir con alegría, junto a Cristo, toda persecución que pueda venir a causa de nuestro compromiso por la justicia (Mt 5,11-12). Rezar para saber construir la unidad y la paz verdadera. Para que seamos cada vez más personas; para que el progreso esté al servicio de todos los hombres; para que cada uno sepa comprometerse con responsabilidad en el puesto que le corresponde. Para que venga el Reino de Dios y vivamos según la voluntad del Padre.

SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR

Con demasiada frecuencia pedimos a Dios cosas sin importancia. O, lo que es mucho pero, con fines egoístas. Ensanchemos el corazón y pidamos con confianza a Cristo cosas importantes. Nos falta fe en la oración. Pensamos que rezar es sólo para mujeres desocupadas o para niños. Y resulta que es una necesidad imperiosa para toda persona que quiera ser honrada en la vida. No se trata de nada blandengue o sentimental, sino de un encuentro personal con Cristo, que comunica su fortaleza y su Amor, y compromete para una tarea muy seria. Por eso tenemos que concluir diciendo que la mayoría de las personas no sabemos lo que es hacer oración, y, a semejanza de los apóstoles, nuestra primera petición debería ser:

Señor, enséñanos a hacer oración.
(Lc 11,2)

ENSÉÑANOS A ORAR CON CONFIANZA CIEGA EN TU AMOR, SABIENDO QUE DAS SEGÚN LA MEDIDA DE NUESTRA FE (MT 9,29; 15,28; LC 8,50). JUAN EL EVANGELISTA DECÍA:

Por él estamos plenamente seguros:
Si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos escuchará.
Y porque sabemos que él atiende a todo lo que le pedimos,
Sabemos que poseemos todo lo que pedimos.
(1 Jn 5,14-15)

ENSÉÑANOS, JESÚS, A REZAR CON SENCILLEZ, SABIENDO LO CERCA QUE ESTÁ DIOS DE NOSOTROS:
Cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta
Y ora a tu Padre que está en lo secreto,
Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.
Cuando recen, no multipliquen las palabras, como hacen los paganos,
Que piensan que los van a escuchar porque hablan mucho.
Ustedes no recen de ese modo,
Porque antes que pidan, el Padre sabe lo que necesitan.
(Mt 6,6-8)

ENSÉÑANOS A ORAR UNIDOS:
Si dos de ustedes unen sus voces en la tierra
Para pedir cualquier cosa,
Estén seguros que mi Padre se la dará.
Pues donde hay dos o tres reunidos en mi nombre,
Yo estoy ahí en medio de ellos.
(Mt 18,19-20)

Enséñanos, Jesús, a depositar en ti nuestras preocupaciones (1 Pe 5,7). A no vivir angustiados, en esta sociedad de consumo, por el problema de la comida, el vestido y el confort, como si ello fuera lo único necesario en la vida. Si buscamos tu Reino, sabemos que todo lo demás vendrá por sus propios pasos (Mt 6,25-33).

Ciertamente no sabemos orar como es debido. Pero en una delicadeza más de su Amor, Jesús nos envía el Espíritu Santo para que él pida en lugar nuestro lo que nosotros no sabemos pedir:

El Espíritu nos viene a socorrer en nuestra debilidad;
Porque no sabemos qué pedir, ni cómo pedir en nuestras oraciones.
Pero el propio Espíritu ruega por nosotros,
Con gemidos y súplicas, que no se pueden expresar.
(Rom 8,26)

Terminemos esta parte sobre la oración, con la alabanza de Isabel a la Madre de Jesús por la fe que tuvo, que hizo posible preparar en su seno una cuna de amor para el propio Dios:

Feliz tú, que creíste,
Porque sin duda se cumplirá lo que te prometió el Señor...
Bendita eres entre todas las mujeres
Y bendito es el fruto de tu vientre.

Las Maravillas De La Creencia O La Fe

"Porque tanto amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna" Juan 3: 16.

Lo que está en "creer de Jesús que hace que sea muy importante? ¿Por qué sólo la demanda de Dios así de simple? En otro lugar de la Biblia dice que, "todo aquel que cree en él no será avergonzado." De hecho, los cristianos están llamados los creyentes, ya que, en todo el Evangelio de Jesucristo, esta palabra parece ser el más fuerte.

Cuando Jesús estaba comisionando a los discípulos, en el libro de Marcos 16:15-17, leemos: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura el que creyere y fuere bautizado, será salvo, más el que no creyere, será Y estas señales seguirán a los que creen. En mi nombre echarán fuera. Demonios, hablarán en lenguas... "

El énfasis en el pasaje anterior como en toda la Escritura es creer, las señales seguirán a los que creen. Estos signos son la manifestación del poder de Dios, el poder vendrá sobre y seguir sólo los que creen. Muchas veces, si no en todos los casos, la única exigencia de Jesús de entre los que buscan la curación era esto "sólo cree". Él siempre fue citado diciendo: "No temas, cree solamente", o "no llores más", lo que se dice que la viuda cuyo único hijo acaba de morir. Y en otra situación dijo: "Si puedes creer tú, la gloria de Dios."
¿Lo que está en creer que lo hace tan grueso?

Cuando todo el mundo estaba presionando con fuerza en Jesús, no pasó nada a ninguno de ellos, pero una mujer vino con fe o creer, que si sólo podía tocar la punta o cabeza de su ropa, sería sanada. Este simple acto de creen trajo sanación del Maestro Sanador, el Señor del universo, Jesucristo, el Ungido. La fuerza de esta fe o creer sacó esta virtud o el poder del Señor. Muchas personas ayunan y oran, pero no pudo hacer el trabajo, pero cuando hay un creer sincera o la creencia, el milagro es siempre en la escena. ¿Por qué es "creer" es tan importante? Leemos en Marcos 11: 23,

De cierto, de cierto os digo, que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dijo que será que él tendrá alguna, dice.

El Espíritu Santo me abrió la inteligencia para saber que el arte de creer es la principal diferencia entre un hombre de éxito y un fracaso. La fe es la única diferencia entre alguien que recibe respuesta a sus oraciones y el que no lo hacen. Esta misma fe en Dios es la única diferencia entre un santo y un pecador. ¿Usted sabe que nadie va a ir al infierno debido a los pecados como el adulterio, el robo, el asesinato, etc.? La gente irá al infierno porque se han negado a creer en el Hijo de Dios, se niegan a creer en el testimonio de Dios que tiene el poder suficiente para liberarlos del poder de esos pecados como el adulterio, el robo, el asesinato, etc.

Entienda por favor esto hoy, que le ayudará a, la fe es un concepto muy profundo e importante de la vida. Creyendo que toca el corazón del hombre, que es el núcleo o centro del hombre, la fe es muy espiritual, y nosotros somos seres espirituales. Amigo, el único camino por el cual podemos ver el reino espiritual es a través de nuestra fe.


La fe en algo que tiene un efecto profundo en el hombre que dura más allá de este momento de los hechos y el reino. ¿Alguna vez has visto u oído hablar de un hombre famoso, tal vez un ladrón armado, o un adicto a la droga dura que entregó su vida a Jesucristo? Usted ve el cambio, es tan evidente, que el cambio se produjo debido a la simple fe en Jesús, que la fe ha cambiado su vida y su destino. La razón es muy simple de entender, ya ves, la fe toca su corazón, su corazón es su espíritu, su espíritu es el verdadero tú. Todo lo que tiene el poder de cambiar el verdadero usted puede cambiar todo a tu alrededor, y esa cosa es la fe. Faith sale de tu corazón, tu espíritu y es capaz de cambiar todo a tu alrededor llamó a sus circunstancias.

Las Maravillas De Nuestra Fe

Dios tiene un propósito específico para cada prueba: sea que las envíe o que las permita. El tiene en mente un diseño y un propósito claro en medio de cada prueba.

Con frecuencia nos hacemos estas preguntas: ¿Por qué Dios, quien es un Padre amoroso, permite que sus hijos pasen por pruebas terribles? ¿Por qué permite pruebas dolorosas?
Decimos que Dios es omnipotente y amoroso, debe amarnos lo suficiente para no permitir tales pruebas. O será que las pruebas suceden …. Y  ya, es todo!

Creó Dios todo, se distanció y deja que las cosas pasen sin su intervención o más bien está involucrado en ellas, como cuando hay tornados, inundaciones y todas las penas, cargas y pruebas que la gente tiene que pasar. ¿Dónde está Dios en todo esto? La respuesta está en la Biblia. El único lugar donde hallamos las respuestas reales.

Hay toda clase de opiniones: algunos dicen que Dios creó el universo, pero se mantiene distante, ajeno y no interviene en él. Otros opinan, no sé lo que sucede, me es indiferente, las cosas pasan y somos víctimas.

Esta clase de actitud no trae paz, ni ayuda, ni tranquilidad.

Qué dice la Palabra de Dios respecto a las pruebas que enfrentamos?
La Palabra de Dios nos enseña que debemos enfrentar los tiempos difíciles con sabiduría.

Santiago 1:1-12 (Lee en tu Biblia este pasaje completo).

Pareciera que el apóstol Santiago hablara de varias cosas a la vez, pero en realidad es sobre una sola cosa.

Santiago nos está diciendo en el versículo 2 que nos consideremos dichosos por pasar por las pruebas de la vida. Eso no parece muy halagador. Alguien podría decir: “no muchas gracias, eso no va conmigo”. ¿Pruebas y cargas, y estar contento? ¿Pruebas y dolor? Por lo tanto, pruebas y gozo no compaginan.

Cuando Santiago habla de “estar dichosos”, no se refiere a un sentimiento mundano y frívolo. Se trata de la sensación interna de calma, de paz en medio de la tormenta: quietud, paz, tranquilidad y seguridad que es mucho más que aplaudir y decir “estoy feliz por esta prueba”. Eso no es lo que dice Santiago. Es algo mucho más profundo.

Santiago nos dice…”considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe, es decir, que necesitamos saber en qué prueba estamos para poder superarla y enfrentarla.

Pensemos en las calamidades naturales y desastres que han ocurrido en el mundo. Tiene razón para pensar “Cómo me voy a gozar este momento tan duro”. Cuál es la actitud correcta al pasar por las dificultades de la vida?

En el pasaje de Santiago, la Biblia comienza hablando de “gozo”. Pero después cambia por “sabiduría”. No es que haya cambiado de tema. Lo que pasa es que para poder entender las pruebas y lograr llegar a tener ese profundo sentimiento de gozo a pesar delas circunstancias necesito la sabiduría para poder “ver”, por eso es importante definir lo que es SABIDURÍA.

La Biblia dice que “El principio de la sabiduría es el temor del Señor” Salmo 111:10. Es decir que la sabiduría es ver las cosas desde la perspectiva de Dios y reaccionar a ellas de acuerdo a los preceptos bíblicos.

Debemos actuar acorde a los que somos en Cristo y hacer las cosas como dice la Biblia que las hagamos. Así podremos evaluar las circunstancias y poner de manifiesto a la gente y tomar decisiones acertadas basadas en las experiencias vividas. Las situaciones de ahora y los planes del futuro.

Recordemos como Dios ha actuado en otras situaciones nuestras en el pasado y lo que El podrá hacer en la presente. Si somos sabios, nos preguntaremos: “¿qué desea Dios que hagamos en una situación en particular”?

Sabiduría… es ver las cosas desde la perspectiva de Dios y responder adecuadamente…

Ahora, la sabiduría nos capacita para enfrentar las pruebas confiada y triunfalmente. La sabiduría nos capacita para enfrentar tiempos difíciles y salir bendecidos no destruidos, ayudados no impedidos, expresando su amor no su disgusto. Esto se adapta para cualquier prueba que enfrentemos, no importa lo que sea, porque Santiago habla de diversas pruebas.

Pruebas Y Tribulaciones

¿Por qué nos permite Dios pasar por pruebas y tribulaciones?" 


Una de las partes más difíciles de la vida cristiana es el hecho de que ser un discípulo de Cristo no nos hace inmune a las pruebas y las tribulaciones de la vida. ¿Por qué un Dios bueno y amoroso nos permitiría pasar por cosas tales como la muerte de un niño, enfermedades y daños a nosotros mismos y nuestros seres queridos, dificultades financieras, preocupación y temor? Seguramente, si nos amara, quitaría todas estas cosas de nosotros. Después de todo, ¿no significa el amarnos que Dios quiere que nuestras vidas sean fáciles y cómodas? No, no es así. La Biblia enseña claramente que Dios ama a aquellos que son Sus hijos, y “todas las cosas les ayudan a bien.” (Romanos 8:28). Eso debería significar entonces que las pruebas y tribulaciones que Él permite en nuestras vidas son parte de todas las cosas que nos ayudan a bien. Por lo tanto, para el creyente, todas las pruebas y tribulaciones deben tener un propósito divino.

Como en todas las cosas, el propósito sobresaliente de Dios es que seamos transformados más y más a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29). Esta es la meta del cristiano, y todo en la vida, incluyendo las pruebas y tribulaciones, está diseñado para permitirnos alcanzar esa meta. Es parte del proceso de la santificación, siendo apartados para los propósitos de Dios y equipados para vivir para Su gloria. Se explica la manera en que las pruebas logran esto en1 Pedro 1:6-7: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.” La fe del verdadero creyente se reforzará mediante las pruebas que experimentamos para que podamos descansar en el conocimiento de que es real y va a durar para siempre.

Las pruebas desarrollan el carácter piadoso, y eso nos permite “…[gloriarnos] en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por elEspíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos 5:3-5). Jesucristo fue el ejemplo perfecto. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8). Estos versículos revelan aspectos de Su propósito divino tanto por las pruebas y tribulaciones de Jesucristo como por las nuestras. El perseverar comprueba nuestra fe. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).

Sin embargo, debemos tener cuidado de nunca hacer excusas por nuestras “pruebas y tribulaciones” si son el resultado de nuestra propia maldad. "Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno." (1 Pedro 4:15). Dios perdonará nuestros pecados porque el castigo eterno para ellos ha sido pagado por el sacrificio de Cristo en la Cruz. Sin embargo, todavía tenemos que sufrir en esta vida las consecuencias naturales por nuestros pecados y malas decisiones. Pero Dios usa incluso esos sufrimientos para moldear y formarnos para Sus propósitos y nuestro último bien.

Las pruebas y tribulaciones vienen con un propósito y una recompensa. “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna… Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman."(Santiago 1:2-4,12).

A través de todas las pruebas y tribulaciones de la vida, tenemos la victoria. “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Corintios 15:57). Aunque estamos en una batalla espiritual, Satanás no tiene autoridad sobre el creyente en Cristo. Dios nos ha dado Su Palabra para guiarnos, Su Espíritu Santo que fortalecernos, y el privilegio de venir a Él en cualquier lugar y en cualquier momento, a orar por todo. Él también nos ha asegurado que no habrá tentación que nos pondrá a prueba más allá de nuestra capacidad para resistir, y “dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Corintios 10:13).